miércoles, 30 de diciembre de 2009

“IMPEDIMENTOS PARA SER UN BUEN SERVIDOR”



INTRODUCCION:
Todo siervo debe cuidarse de 3 males que impedirán que sea un buen servidor; el orgullo, el desanimo y la falta de consagración.

I. EL ORGULLO ESPIRITUAL (Deut.8:11-17; Abd.1:4) Este mal se puede dar cuando los creyentes ya están siendo usados por Dios (sanidad, salvación de almas, liberación, enseñanza, predicación), tienen cargos importantes o un liderazgo dentro de un ministerio de apoyo y son tentados por el orgullo espiritual. Veamos los casos.
1. Los casos en los que puede presentarse el “orgullo espiritual”.- Cuando Dios nos comienza a usar; Se puede pensar tal vez: “Dios me usa aún más que al pastor, yo oro por los enfermos y se sanan” o tal vez: “Yo visito más, por mí vienen a la Iglesia; yo les digo, yo les hablo”. En las labores de la iglesia, se creen los indispensables para lograr
resultados y no dan la gloria a Dios. Cuando se tiene cargos importantes ministerios o responsabilidades. Generalmente se empieza con humildad “escoba nueva barre bien”. Se pide un consejo y luego otro y después, cuando ya sabe un poco más, se pierde la consideración por aquellos que han trabajado y respaldado su vida en un inicio. Solo se quiere oír la voz del pastor. Se desestima el liderazgo, de aquellos que le han enseñado algo. Se ve más a la persona que a la autoridad, que representa y acatar una orden se le hace difícil por el orgullo espiritual.
2. Los síntomas del orgullo.- Son los siguientes: Su manera de oír: Ellos dicen: “sí me vas a decir algo dímelo rápido porque estoy apurado” y miran su reloj. Su manera de saludar no es amable o cordial. Ya no pide sino reclama. De su manera de hablar dice la escritura: ”el pobre pide con ruego, pero el rico pide con dureza” (Pr.18:23). En su manera de caminar y comportarse, Ya no quieren aceptar correcciones (dicen: ya me lo dijiste). En él se cumple el refrán ”la vaca no recuerda que un día fue ternera”.

II. EL DESANIMO (Lucas 9:52-54; Números 21:4)
1. Es falta de ánimo o aliento.- El desánimo es pecado delante de Dios y proviene de la falta de comunión con Dios. Cuando tu tienes una relación constante con Dios, tu comunión va a estar por encima de todo desánimo, aprenderás a caminar sobre los desánimos. El desánimo va a venir, pero tu labor tiene que continuar.
2. El desánimo arrastra otros pecados.- (De Números 21:4) El pueblo de Israel sé desánimo de continuar su viaje y arrastró murmuración contra Dios y su líder. Se desanimaron y se quejaron por 2 cosas. Primero; De salir de Egipto (de su salvación). En nuestro caso es como decir “en el mundo estaba mejor”. Segundo: del mana ( la palabra de dios). Es como decir “Dios no nos responde, no es fiel a su palabra, es solamente para algunos”. Cuando un discípulo está desanimado, puede fácilmente hablar mal de otros, sea su autoridad o no, aún. hasta de Dios mismo.
3. Los Resultado del desánimo.- El desánimo hace huir de la realidad y de la intimidad con Dios. Ya no se quiere ir a la Iglesia. No se quiere orar, se prefiere aislarse del grupo y se pierde la visión. Embargan sentimientos de culpa, se pierde fuerza, y parece que nadie nos comprende. Esto puede contagiar a otros. “Un buen discípulo servidor rechaza el desanimo en el Nombre de Jesús”.

III. LA FALTA DE CONSAGRACIÓN (Hebreos 13:4; 1 Pedro 1:15)
1. La consagración.- Es la entrega. Es tomar en serio el compromiso de servir al Señor. Sin entrega la vida se torna monótona y vacía. Dios no se va a revelar a un holgazán (Fil.3:7-8; 1Co.9:24-27). Pablo lo dejó todo y lo consideró como basura, para aprender más de Cristo y seguir adelante. Tuvo que dominar sus apetitos sexuales, y dejó su reputación, su buena posición, fama, y poder, por Cristo.”El se consagró”. Quien se consagra necesita que Los deseos de su carne sean controlados. Pablo golpeaba su cuerpo, es decir debilitaba su carne con el ayuno para sujetarlo al Espíritu.
2. Las cosas que nos contaminan.- Podría ser una palabra, una mirada, una actitud o un pensamiento de pecado. La palabra de Dios nos exhorta a “limpiarnos de toda contaminación; que impide nuestra consagración o santidad” 2 Co.7:1. Si queremos consagrarnos, ver santidad y ser irreprensibles; debemos apartarnos de las personas o dejar de hacer las cosas que nos contaminan y pondrían descalificarnos de la obra de Dios.

CONCLUSION
No debemos permitir que ninguno de los impedimentos que hemos aprendido en esta lección, entre a nuestra vida. Pon en práctica, el modelo de la vida de nuestro señor Jesucristo. El nunca permitió que el orgullo, desánimo ni la falta de consagración limitaran su trabajo como siervo de su Padre Dios.

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