Lectura:
Genesis 15:1-6
Después de estas cosas fué la palabra de Jehová á Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande.
Y respondió Abram: Señor Jehová ¿qué me has de dar, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese Damasceno Eliezer?
Dijo más Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que es mi heredero uno nacido en mi casa.
Y luego la palabra de Jehová fué á él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas será el que te herede.
Y sacóle fuera, y dijo: Mira ahora á los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente.
Y creyó á Jehová, y contóselo por justicia.
Cualquier madre puede decirte que la espera para dar luz es una experiencia que forma paciencia. Pero compadece a al pobre madre elefante se geste hasta llegar el momento de su nacimiento ¡El tiburón conocido como el pez lija tiene un periodo de gestación de 22-24 meses. Y a altitudes superiores a los 1500 metros. ¡la salamandra alpina resiste un periodo de gestación de hasta 38 meses!
Abraham podría haberse identificado con estos ejemplos de la naturaleza. En su ancianidad, el Señor le habría prometido: “Hare de ti una nación grande” (Gen. 12:2). Pero a medida que los años pasaban. Abraham cuestionaba como seria posible el cumplimento de la promesa sin siquiera la piedra de cimiento básica de un hijo (15:2). Así que Dios lo tranquilizo, “uno que saldrá de tus entrañas, el será tu heredero” (v.4).
A pesar de lo avanzado de su edad. Abraham creyó a Dios y fue llamado justo (v.6). Pero espero 25 años desee el momento de la promesa inicial hasta el nacimiento de Isaac (17:1,17).
Parte de la confianza en Dios se basa en esperar el cumplimiento de Sus promesas. Sin i portar cuan larga sea la demora, debemos esperarlo. Tal y como nos lo recuerda el autor de Hebreos. “mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió” (He. 10:23).
“Dios siempre realiza lo que promete”