Jesús no es neutral frente a la
necesidad ajena. Siempre está de parte de los que más ayuda necesitan para ser
libres. Jesús se movía frecuentemente en círculos de mala fama, rodeado de
gente “sospechosa”: publicanos, ladrones, prostitutas... personas despreciadas
por las clases más selectas de la sociedad judía.
Es un dato que nos sorprende, aunque es el mejor confirmado,
tanto por la oposición de sus adversarios, como por la adhesión de sus
seguidores. Jesús se impuso como hombre libre a todos y a todo lo que pueda
frenar su misión.
Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.