¿De dónde vienen todos los conflictos y peleas que hay entre ustedes? Vienen de ustedes mismos, de sus deseos egoístas que siempre están librando una guerra en su interior. Ustedes desean las cosas pero no las consiguen. Su envidia puede llegar hasta el extremo de matar y aun así no consiguen lo que quiere. Por eso discuten y pelean. No consiguen lo que quieren por qué no se lo piden a Dios. Y cuando le piden a Dios no reciben nada porque la razón porque la piden es mala, para poder gastar en sus propios placeres. ¡Gente infiel¡ ¿No saben que amar al mundo es lo mismo que odiar a Dios? ¿Creen que la Escritura no tiene ningún significado? La escritura dice: El Espíritu que Dios nos dio nos ama celosamente. Pero Dios nos muestra aun más su generoso amor. Como dice la Escritura: Dios rechaza al los orgullosos, pero ayuda con su generoso amor a los humildes. Así que, entréguese a Dios, resistan al diablo y el diablo huira de ustedes. Acérquense a Dios y el se acercara a ustedes. Quiten el pecado de su vida, pecadores. Concentren su mente en Dios ustedes que quieren seguir a Dios y al mundo. Laméntense, pónganse tristes y llore. Que su risa se convierta en llanto y su felicidad en tristeza. Humíllense ante el Señor y el les dará honra. Hermanos, no sigan hablando mal los unos de los otros. El que habla en contra de su hermano o quien juzga a su hermano está hablando en contra de la ley y está juzgando a la ley, no estás siguiendo lo que ella dice y te conviertes en juez. Solamente Dios hace las leyes y es juez. Dios es el único capaz de salvar y destruir. Entonces, ¿Quién te crees que crees para juzgar a los demás?
Apóstol Santiago