La Iglesia tiene una gran responsabilidad dada por Dios que tiene que cumplirla en forma integral.
Esta tarea abarca un ministerio integral de servicio.
Primeramente a Dios a través de la alabanza, adoración y oración.
Luego a la Iglesia a través de la edificación por la Palabra de Dios dada en la predicación en la enseñanza viviendo en comunión los unos con los otros. Esto se ve en los primeros discípulos.
Finalmente a la sociedad a través de la evangelización: local = evangelismo y mundial = misiones y el servicio: social = acciones de misericordia, y pastoral = sanidad y liberación.
La Evangelización y el servicio no se excluyen, ambos son dimensiones del ministerio pastoral y social. El anuncio de las buenas nuevas de salvación para los pecadores en Cristo Jesús, no debe separarse de la acción también salvadora, de los efectos del pecado efectuada en el nombre de Cristo Jesús.