lunes, 23 de junio de 2025

¡Despierta! La Verdadera Riqueza Espera Tu Corazón

 


En un mundo obsesionado con acumular, poseer y exhibir, hay un mensaje milenario que resuena con una claridad asombrosa hoy, aquí, en Guayaquil y en cada rincón del planeta. Es una verdad liberadora que, si la abrazamos, puede transformar no solo nuestra vida, sino la forma en que percibimos la existencia misma.

Estamos hablando de la radical enseñanza de Jesús sobre el dinero y las posesiones. A menudo malinterpretada, esta enseñanza no es una condena, ni un castigo, ni una carga imposible de llevar. ¡Todo lo contrario! Es una invitación gloriosa a la libertad más profunda que un ser humano puede experimentar.

El Yugo Invisible de lo Material

¿Alguna vez te has sentido atrapado por la búsqueda incesante de "más"? ¿Por la ansiedad que genera el no tener suficiente, el miedo a perder lo que tienes, o la presión de mantener un cierto estilo de vida? Esa es la carga pesada del yugo material, un peso que nos ata a un ciclo de preocupación y descontento. La sabiduría de Jesús nos ofrece una salida, una ruptura con esa cadena invisible.

No es que el dinero sea inherentemente malo; el problema surge cuando el dinero se convierte en nuestro dios. Cuando el valor que le damos a las cosas eclipsa el valor de las personas, del amor, de la compasión, entonces caemos en la tentación de la idolatría. Y en esa idolatría, nos volvemos ciegos. Ciegos ante las necesidades del prójimo, ante la injusticia que nos rodea, ante la posibilidad de usar nuestros recursos para el bien mayor.

Una Visión Transformadora del Reino

Pero hay una perspectiva diferente, una que no solo informa tu mente, sino que transforma tu corazón. Es la visión del Reino de Dios, donde la moneda de cambio no es el oro ni la plata, sino el servicio desinteresado, la búsqueda apasionada de la justicia y el amor incondicional.

Imagínate un mundo, una comunidad, una familia, donde la verdadera riqueza se mide por:

 * Cuánta bondad has sembrado.

 * Cuántas vidas has tocado con tu compasión.

 * Cuánto has contribuido a aliviar el sufrimiento de otros.

 * Cuán activamente has luchado por la equidad y la dignidad para todos.

Esta es la promesa de Jesús: al desprendernos del apego obsesivo a lo material, no perdemos nada valioso. Por el contrario, ganamos una libertad asombrosa: la libertad de la ansiedad, la libertad de la avaricia, la libertad de una vida vacía centrada en uno mismo. Abrimos espacio para lo que realmente importa, para invertir en tesoros que ni la polilla ni el óxido pueden destruir, ni los ladrones pueden robar.

Hoy, elige la libertad. Elige el Reino donde el amor es la moneda más valiosa y el servicio la mayor fortuna. ¿Estás listo para redefinir lo que significa ser verdaderamente rico?

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